Thursday, May 31, 2007

Nubes y claros.


Hoy tengo el día de reflexión, o reflexivo no lo se muy bien. Lo cierto es que he mientras me tomaba un cafetito de media tarde en mi terracita... (ainsss que feliz soy con mi terracita) miraba al cielo, y veia el sol ir y venir, cubriendose, tapandose o quizás escondiendose con las nubes y pensaba, muy filosofica yo, que la vida no son más que nubes y claros, más que idas y venidas, que cuando todo parece ir bien, cuando el cielo está completamente despejado, siempre acecha una nube, puede que no de tormenta, pero si de esas que te tapa los rayos de sol, y quizá son esas las peores las que no ves venir, porque esas te roban el sol que añorabas...

En fin, que voy a ver si os dejo una perlita... y me olvido de mis nubes y claros....

Ciento veinte escalones. Ni uno más ni uno menos. Aquello era lo que le separaba de su primer día de trabajo. Y maldita sea la hora en el que el ascensor había decidido fallar, y malditas las normas del ministerio que impedía aparecerse en el interior del edificio, y maldita sus pocas ganas de hacer ejercicio aquella mañana. Pero quien podría hacerlo después de la apoteosica noche que acaba de pasar. Su última noche como novato, tenía que celebrarla por todo lo alto, alcohol, musica, algun tipo de droga blanda puede que alguna dura, y hombres. Guapos, y con poco cerebros, perfectos para un buen polvo, quizás dos y asi seguir adelante sin ponerles nombres a aquellos rostros perfectos.

Hermione, la voz de su conciencia - un tanto aguda, solía decirle que le traspasaba el timpano - era quien le decía que aquello no estaba bien, que entendía que era joven y quisiera disfrutar de la vida, pero que debía poner freno a sus escapadas nocturnas, a sus cada vez más constantes polvos ocasionales, y sobre todo y lo que más odiaba Hermione, a su casi ausencia de sentimientos.

¿Pero quien los necesitaba? Había sufrido por tenerlos, al borde de la muerte por dolor por aquella necesidad imperiosa de amar y de ser correspondido, que ahora se negaba por completo a sentir. Si bien quería a su padre, a sus hermanos, también a Sirius y a Hermione, aquello no implicaba un dolor tan grande como todo lo que Devon había supuesto para él.

¡Maldición! No era el momento para pensar en él. No ahora, ya no más.

Uno por uno subió los escalones que le llevaron a la planta de la división ZERo, su nuevo destino, el mejor al que cualquier auror podía esperar, y él estaba dentro. Avanzó por el pasillo y se detuvo frente al escritorio del guardia, que vigilaba la zona.

- Nombre - dijo el hombre sin levantar la vista del profeta.
- Malfoy, Draco Malfoy.
- ... - levantó la vista y con una de las peores muecas de disgusto rebuscó entre los archivos, le tendió una pequeña identificación - No la pierda, llevela siempre consigo. Está prohibido el uso de cualquier tipo de magia en el interior del departamente, interfería con las investigaciones que se realizan en la sala contigua.
- Conozco las normas - le dijo tomando de forma ruda la identificación.
- Que tenga un buen día - le dijo en tono despectivo.

Draco ni siquiera se dignó a mirarle. Estaba acostumbrado a aquello, por mucho que su padre hubiera intentado lavar el apellido de su familia, ser un Malfoy, seguía siendo - a día de hoy - una lacra en el mundo magico. Con paso firme y decidido avanzó hasta la ultima puerta, tras la que se encontraría a su nuevo jefe, llamó un par de veces a la puerta, y entró.

- Buenos días, el auror Draco Malfoy, se presenta para su incoporación a la unidad señor.
- Malfoy, ¿eh? - dijo el hombre mirandole de arriba a abajo
- Si, señor.
- Entra, sientate - Draco obedeció - No me gustas - le dijo con sinceridad - he leido los informes de tus practica, de tus antiguos jefes, y tu caracter viene a ser como tener un grano el culo.
- Verá...
- No me interrumpas - le dijo - Eres altivo, chulo, un buscapleitos y encima un Malfoy, una joyita vamos - crispó sus dedos apretando con fuerza su tunica - pero ¿sabes? - tomó unas carpetas del escritorio - esto es todo lo que se de ti, todos tus informes, tus notas - los tiró en la papelera
- Pero... ¿que hace?
- No me importa tu pasado, no me importa tu caracter. Lo único que se y me importa, es que eres el mejor auror que han visto mis ojos en mucho tiempo, por eso estás aqui - Draco no pudo evitar sonreir - te pongo con Granger, en trabajos como este tener un amigo en necesario. Ahora vete.
- Gracias, señor - se levantó y caminó hacia la puerta.
- Malfoy, no al cagues.

Draco salió del despacho con una extraña mezcla de sentimientos, buscó por los cubiculos la melena castaña de su mejor amiga.

- Sangre sucia, besa a tu nuevo compañero - Draco le cogió el rostro y le plantó un beso en los morros.
- ¡Draco! - gritó, limpiandose los labios con la mano.
- Vamos cariño, se que me amas.
- Ya... ya... - le miró de arriba a abajo - ¿Como es posible que tengas ese aspecto después de lo de anoche?
- Secreto profesional - sonrió de medio lado - Vamos a desayunar.
- Tenemos trabajo.
- Que espere, acaban de decirme que soy el mejor auror del ministerio, hay que celebrarlo.
- Siempre encuentras algo por lo que celebrar, ¿no?
- Es posible.

Aquella noche, Draco tambien salió a celebrar, y la siguiente, y también la de despues, siempre encontró motivo para celebrar, pero fue capaz de dejar con la boca abierta a todos sus compañeros. Y el jefe, volvió a reconocer, que Draco era el mejor.


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Joyita dentro del mundo de LQLVE.

Gracias por estar al otro lado de la pantalla.

Besis

Tuesday, May 22, 2007

Y volvi...





¡Merlin bendito! Un poco más y retraso mi vuelta por más de medio año... LO SIENTO...

Mi idea sobre este blog, era sacar todas esas locas ideas que a veces me asaltan sobre los personajes de Harry Potter, que tanto quiero y añoro, escribir sobre ciertas cosas que no cuadran quizás en un capitulo, o en un short, por eso casi todo esta dedicado a Harry y Draco, porque me vuelven loca, porque se cuelan en mi cabeza y hacen de mi lo que quieren, porque me llenan de ideas para nuevas historias, y no quiero perderlas, porque ellos merecen que su historia sea contada.

Ellos y los demás, por eso mi entrada de vuelta, va para un personaje que ha pasado fugazmente o no tanto por una de mis ultimas historias, HERE COMES THE SUN.

Por los olvidados. Por Theodore Nott.


Hacía más de tres semanas que no se levantaba de la cama, más de diez días que solo bebía los tragos de agua que Draco le llevaba, y más de seis noches sin dormir. Porque ahora ya no podía hacer nada más, porque su vida no tenía ningun sentido, porque lo había perdido todo. Porque sin Charlie, ya nada tenía sentido. Giró sobre si mismo y enterró la cabeza bajo la almohada justo cuando la puerta de la habitación se abrió, sabía que era él, que venía a sacarle del pozo sin fondo en el que se surmegía, pero no tenía ganas, solo quería llorar, llorar y volver a llorar. A veces no lograba entender a Draco, porque él también había perdido a Harry, no estaba muerto, pero en ocasiones el rubio se empeñaba en enterrarlo, como si pensar en la posibilidad de volver fuera a terminar con él. Draco no quería esperanza, y él la ansiaba.

- Theo, tienes que comer.
- Y tú, tienes que cuidar de tus hijos.
- Están con mis padres - sé sentó al borde de la cama - La señora Weasley ha vuelto a llamar.
- No quiero hablar con nadie.
- Theo, necesitan saber donde... - dudó unos segundos - donde quieres que esparzan sus cenizas.
- No se, no me importa... ¿Qué más me da donde vayan a esparcirlas? - se incorporó de golpe - ¿Eso me va a devolver a Charlie? - le miraba con odio.
- Theo... lo siento... siento que todo haya acabado así, Charlie no se merecía...
- ¡Claro que no se merecía morir a manos de ese maldito cabrón! Él tenía que seguir vivo a mi lado... ibamos a casarnos, a formar una familia... - comenzó a sollozar, al tiempo que Draco intentaba abrazarle para calmarle - No... no me toques... no lo hagas... ¿Por que Draco, Por que?
-...
- Le amaba, le amó... no había nadie que me entendiera como él, nadie que me hiciera sentir así.... ¿Por qué? - volvió a preguntarle con lagrimas en los ojos.
- Theo... - sé acercó a él para abrazarle, esta vez si se dejo hacer, dejo que los brazos del rubio le rodearan y el abrazo se estrechara - No se porque el destino ha sido cruel contigo.
- Con nosotros... los dos...
- Con los dos, pero solo se que tenemos que seguir adelante, tienes que ayudarme Theo, yo solo no puedo sacar a Joey y James adelante, te necesito, eres mi mejor amigo... tienes que ayudarme... además eres el ministro... tienes que...
- Lo se... lo se - restregó la mano contra sus ojos - solo que... ¿que me queda a mi, Draco? Tú tienes a tus hijos, los Weasley se tienen los unos a los otros, pero... ¿qué me queda a mi?

Draco guardó silencio, junto con Theo los dos se miraron un instante antes de dejar que su mirada se perdiera más allá de los vidrios de la ventana. Ambos buscaban una respuesta, un motivo para seguir adelante, para que los ojos oscuros de Theo vieran una luz, un camino que seguir.

Seis meses y medio después, el camino y la luz de Theo, vinieron en forma de una preciosa niña de ojos azules y cabello rojizo. Shioane Weasley, fue luz y camino para Theo.

Monday, February 26, 2007

Mencion



Pues eso que quiero dejar constacia de la mencion que Slashesp ha otorgado a uno de mis shots, que estoy muy contenta por haberlos conseguidos, y que prometo actualizar pronto. besis y gracias por estar al otro lado de la pantalla.

Wednesday, February 21, 2007

Doctor Malfoy


Vaya día.... no si cuando una quiere estar tranquila y descansar es cuando más trabajo tiene... como diría una amiga mía.

¡QUIERO UN MILLONARIO EN MI VIDA!

Pero bueno como no lo tengo hay que trabajar para ganarse los euros. Una chica trabajadora como yo... aspirante a mil eurista... siempre tiene un hueco para desvariar un rato.

Mi entrada de hoy va sobre el mundo laboral, pero no el mío. El mundo laboral de Draco, el mágico que para mi esta tan mal como el muggle.

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Tener veintitrés años, y ser padre de una niña de apenas un año, no facilita demasiado la posibilidad de tener un buen trabajo, ni siquiera de tener un trabajo a secas. Pero Draco lo tiene, acaba de conseguirlo, después de cuatro años de estudios en la facultad de Medimagia de Chicago, y uno de residencia en Londres, por fin era un pedimago licenciado.

Ya no más becas, ni residencias. Tenía una plaza como pedimago en las urgencias de San Mungo.

Era el nuevo, el más joven, y para colmo hijo de Lucius Malfoy. Si su residencia había sido un infierno, lo que le esperaba no tenia ni pizca de comparación. O eso lo que él creía.

Mark, su tutor durante el último año, fue quien le ofreció el trabajo. El maduro medimago había observado como Draco se había enfrentado a numerosos problemas durante aquel año. Lidiar con su apellido, demostrar lo buena que era, su embarazo y sobre todo la separación de Harry. Mark le había encontrado llorando más de una vez, después de pasarse horas en la mesa de su despacho, fue él quien intentó mejorar su relación con los demás medimagos. Y realmente lo consiguió con sus palabras de apoyo y comprensión.

Llevaba varias semanas como pedimago y las cosas no iban todo lo bien que esperaba. Estaba relegado a los casos más simples y sus compañeros le miraban con odio o envidia. No sabía como prefería que lo hicieran. El odio lo generaba su padre, y la envidia él mismo al conseguir un trabajo tan bueno.

  • Nos traen a varios niños con intoxicación - Sarah la jefa de las enfermeras le despertó. Se había acostado en el sofá de la sala de medimagos, pues estaba agotado, lidiar con Joey por las noches, y doblar turnos no era nada bueno para su insomnio crónico.
  • Voy... - murmuró sin abrir los ojos, se estiró como un gato, y tomó el estetoscopio que había dejado sobre el respaldo del sofá

Salió y se encontró con los pasillos llenos de niños vomitando en cubos que sus padres sostenían. Había al menos una treintena, y ninguno superaba los 12 años. Se acercó hasta la mesa de control y tomó varias historias de las que había en su casillero, de momento no podía escoger lo que tratar, pero no se quejaba.

· ¿Daniel Parner? – preguntó. Una mujer acompañó a su pequeño hasta el lugar donde estaba Draco – Buenos días Daniel, soy el doctor Malfoy, y vamos a ver si…

· ¿Malfoy? – la mujer le miraba atónita – Es usted…

· Sí – contestó sin dejar de observar al pequeño

· No pienso dejar que se acerque a mi hijo – retiró al niño de su lado – la sangre que corre por sus venas esta podrida.

· … - Draco se mordió el labio con fuerza – Señora Parner, su hijo esta enfermo. ¿cree que podría dejar sus prejuicios para que pudiera atenderlo?

· No, ya le he dicho que no… exijo que otro médico atienda a mi Daniel.

· Bien, como quiera – estaba agotado y no pretendía lidiar con aquella mujer - ¿Sheila Summer? – la niña se levantó para acercarse al rubio pero su madre la retuvo y le miró con desaprobación. Draco bufó desesperado - ¿John Muller?

· Aquí – un hombre joven, de piel canela y ojos azules se acercó con su hijo de diez años, parecía una perfecta copia de su padre – Al parecer la carne que les dieron en el colegio no estaba en muy buen estado.

· Vaya… John, ¿Qué te duele?

· La barriga – el pequeño se acarició la barriga.

· Vamos a ver que podemos hacer para evitarlo.

El rubio entró en uno de los boxes, seguido por el pequeño y su padre. En apenas veinte minutos, el diagnostico y el remedio surtieron efecto. Y el pequeño John salió con una gran sonrisa y una piruleta de fresa del box. Las mujeres le miraban atónitas ante la rapidez del rubio, y sus hijos les pusieron ojitos pero ellas fruncieron el ceño.

Durante dos horas, Draco, atendió al resto de los niños a cuyos padres no les importó que su apellido fuera Malfoy, pues la salud de sus hijos estaba primero. Para cuando terminó, aquellos dos niños seguían sin ser atendidos, y al rubio se le calló el alma a los pies cuando vio el rostro desencajado de los pequeños, su angustia y sobre todo su dolor.

  • Mi padre fue mortifago si, pero yo no tengo nada que ver con él – les dijo a las mujeres – me corre la misma sangre que la suya pero no somos la misma persona, a sus hijos les sucede lo mismo. Aunque sus madres sean patéticas – las mujeres iban a protestar – los pequeños no tienen la culpa. Una cucharada de esto – hizo levitar sendas cucharas – y estarán como nuevo. Que beban mucho agua, y nada de alimentos sólidos hasta mañana. Dieta blanda.

Con las mismas se volteó y entró en la sala de medimagos. Aquella no sería la primera ni la ultima vez que tendría que lidiar con su apellido, pero era un buen pedimago, y lo unico que le importaba era la salud de los pequeños.

Joer… como me gusta un Draco pedimago, preocupado por los pequeños… anís… adorable…

Bueno a ver si termino de adaptar el capitulo uno de mi nueva historia.

Besis y gracias por estar al otro lado de la pantalla


Tuesday, February 20, 2007

La primera vez de Harry


No... no me seáis mal pensad@s, no voy a relatar como fue su primera vez... Bueno en realidad sí. Otra vez estando en el metro (una que tiene que coger un montón de líneas diferentes para llegar a trabajar) pensaba en que escribir para mi siguiente capitulo, y entonces pensé en Joey, y en lo maravillosa que la niña me parece. Pero recordé que hay un montón de cosas que se quedaron en el tintero, cosas que siempre contar y no pude porque era demasiado alargar el fic, o porque me quería centrar en otras cosas.

Una de ellas es la primera vez de Harry. La primera vez que se quedó a solas con Joey.

Tenía solo dos meses, era pequeña y con la tez clara, sus manitas se apretaban con fuerza contra el pecho, las piernas estaban dobladas y los pies enroscados el uno en el otro. Dormía profundamente arrugando el ceño de vez en cuando, su respiración era rítmica y suave.

Harry la observaba atónito, era la primera vez que estaba sólo con ellas. El resto de las ocasiones en las que la había visto a su pequeña siempre había alguien cerca, Sirius o Remus, alguna vez Severus. Pero ahora la niña estaba en el carrito en medio de su salón y el seguía con la chaqueta puesta y mirándola embobado.

Había pasado los tres días anteriores preparando la casa, acondicionándola, llenándola de cosas que un bebe podía necesitar. La montaña de pañales era digna de mención, los había de todos los tamaños y colores, y es que el moreno no estaba muy seguro de como los usaba o cuantos necesitaría. Había botes de leche en polvo para alimentar a todos los bebes Weasley por generaciones, biberones esterilizados, chupetes, sonajeros, mantas, trajecitos, patucos... . El dineral que se había gastado merecía la pena.

Dejó la chaqueta sobre el sofá y se sentó acercando el carrito. Quería tomarla en brazos, pero estaba tan linda durmiendo que solo se quedó observándola. Una de sus manos viajó hasta la espalda de la niña y la acarició con ternura, la magia de la pequeña le envolvió un segundo y después le permitió acariciarlo. Era algo normal en los bebes mágicos, eso había leído en el primer tomo de "Como ser mago y padre a la vez", indefensos como cualquier infante, los niños mágicos creaban barreras mágicas a su alrededor para protegerse de los peligros exteriores, y solo permitía acercarse a los familiares o a quienes su magia consideraba validos.

Joey tosió un par de veces, y frunció la nariz. Le recordaba tanto a Draco, suspiró resignado, no era el momento de pensar en el rubio, tenía un día entero con su hija e iba a disfrutarlo. Tomó un libro y se sentó esperando a que su pequeña despertara.

Pasaban las doce del mediodía y Harry estaba enfrascado en la lectura de uno de los poemas de Yeats, cuando lo oyó. No era un sollozo, ni un gritó. Era un lamento. Se inclinó sobre el carrito y la vio como abría la boca queriendo emitir otro sonido pero solo un "op" salió de su boca. Su frente se arrugó y sus ojos se apretaron con fuerza. Entonces lo escuchó claramente.

Un llanto fuerte y estridente, que se colaba en su iodo y le taladraba el cerebro. Joey berreaba una y otra vez, cada vez con más fuerza y el moreno estaba inmóvil, había entrado en pánico y no sabía como actuar. Mientras más lloraba la niña, más nervioso se ponía él.

Le costó reaccionar, pero lo hizo cuando la niña empezaba a ponerse morada de tanto berrear, llevó las manos al carrito y la sacó despacio. El llanto cesó de repente. Joey abrió sus preciosos ojos verdes, y le observó detenidamente, estaba reconociéndole. Se llevó un puño a la boca y comenzó a lamerlo.

  • ¿tienes hambre? - la pequeña continuó chupando con más fuerza - creo que eso es un sí.

Se levantó del sofá con la niña en brazos y caminó hasta la cocina para dejarla sobre el balancín que había sobre la mesa. En cuanto la depositó, la niña comenzó a sollozar de nuevo, y Harry corrió a agarrarla, pero la niña seguía teniendo hambre, así que tras mecerla la devolvió al balancín. Acto seguido comenzaron los lamentos y gritos.

Harry se rascó la nuca. Tenía que haber alguna manera de tenerla contenta mientras preparaba un biberón. La varita.

Mientras preparaba el biberón oía a su pequeña reírse, era un sonido nuevo para él. No era una risa madura, apenas eran unos sonidos guturales pero la niña abría la boca y boqueaba contenta, mientras que el Wingardium Leviosa la mantenía en el aire junto a su padre.

Aquel día Harry comprendió que siempre habría formas de lidiar con su pequeña.

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Una perlita más de este moreno que es el mejor padre del mundo...jejeje

Besis y gracias por estar al otro lado de la pantalla.

Monday, February 19, 2007

Los lunes no son buenos días.


Vaya día el de hoy, para olvidar... entre todo el curro que he tenido y que encima hay algunas cosillas que me han salido fatal... pues claro... asi me fue.... En fin, menos mal que en el metro he tenido tiempo para pensar, y ¿en quien he pesado? ¿En Draco?... pues no he pensado en Lucius.

Pensaba en el Lucius de los libros, el frío y calculador, orgulloso y altanero. Aristocratico y elegante. Si todo eso es Lucius Malfoy, ¿por qué se convierte en un lacayo de un loco como Voldy?No logro entenderlo, Voldemort no tiene dinero ni poder, y nunca sabrá si lo va a tener, tiene muchas batallas que lidiar para conseguirlo, ¿por que Lu se somete? es que no lo entiendo, con todo lo orgulloso y prepotente que es... ¿por que agacha la cabeza? Es una de las muchas cosas que no entiendo de los libros.

Mi Lucius, nunca se plegaría ante Voldemort sin una buena razon. La mejor la vida de los suyos. Para mi Lucius esta obligado a estar donde esta, esta sometido a los deseos de ese mestizo solo porque no tiene más remedio.

Mi Lucius es frío, cara a los demás pero no puede evitar que el pecho se le hinche hablando de Draco. Mi Lucius esta completamente enamorado de pareja.

Mi Lucius nunca se hubiera casado con Narcissa, Sirius le hubiera loco desde el primer día en que se hubieran visto. Su relación sería fugaz al principio, un buen polvo. UN GRAN POLVO. Pero nada más.


Son dos polos opuestos, un rebelde sin causa, y un estricto seguidor de las normas y la compostura. Un rubio y un moreno. Uno de rasgos finos y porte aristocratico. Otro de facciones duras, y sonrisa rompedora. Uno con andares elegantes y el otro con retazos casuales.
Perfectos el uno para el otro.

Para mi Lucius y Sirius, son Harry y Draco de mayores, cada uno a su manera tienen mucho en comun. Poco hay que decir del parecido de Lucius y Draco, son padre e hijo. Pero Sirius y Harry, ellos no son familia sanguienea, pero a mi parecer si tienen muchas cosas en comunes.
Son rebeldes e incoformistas, sienten una gran atraccion por saltarse las normas. Y los dos detestan a Sev, aunque sinceramente no se porque. Detras del frío profesor de pocciones, yo veo un volcan en erupcion. Por cierto creo que debería dedicarle una entrada a cada uno de los personajes, con mi vision especial para ellos, me apunto el dato.jejeje.

A lo que iba todo esto es que no veo al gran Lucius Malfoy sometido ante nadie, sin una buena razon. Y Rowling no me la da, no me importan sus ideales, si los tienes que se monte su propio circo y sea el su propio Señor Oscuro, pero no puede someterse ante nadie. LUCIUS NO ES ASÍ.

¿ o sí y yo estoy desvariando mucho?

En fin, que me voy a seguir con mi Lucius que solo ha caido bajo el embrujo de Voldy por obligacion, porque es un gran marido y un mejor padre.

Besis y gracias por estar al otro lado de la pantalla.

Sunday, February 18, 2007

Las mañanas de domingo de Draco


¡¡Buen día!!

Esta mañana me he levantado pensando una cosa, ¿como serán las mañanas de domingo para Draco? y luego he pensado... joer con todos los Dracos que yo tengo escritos.... tendrían que ser difetentes no ¿?


Para mi Draco de la primera epoca, el que tiene ahora 6 maravillosos churumbeles, las mañanas de domingo son las que intenta dormir un poco más de la cuenta, pero sabe que es imposible, Draco Jr acaba de llegar a su vida y con un bebe en casa, es imposible dormir hasta las doce de la mañana que es lo que el quiere, asi que seguramente en torno a las 8, el pequeño Draco se despertara.
  • - Harry... te toca a ti - diría el rubio dandose la vuelta y tapandose con la sabana.
  • - Hmmm... - y entonces se acordaría que hace falta un regimiento, seis niños para ser exacto, para sacar al moreno de la cama.

Rodaría sobre la cama apartaría las sabanas hasta los pies, y sin abrir los ojos, se levantaría desperezandose, se estiraría como si fuera un felino, aunque lo más probable es que esta comparación no le hiciera ni pizca de gracia.

Después de rascarse bajo la barbilla y bostezar abiertamente, se acercaria al cuco donde su bebe de apenas unos meses esta berreando.

  • - ¿sabes? No te pareces nada a mi - en el instante en el que la figura de Draco se apareció sobre el cuco el pequeño cesaría el llanto y le observaría con sus profundos y grandes ojos verdes. Draco Jr, lleva su nombre pero en nada más se le parece, tiene una espesa mata de pelo negro, y los rasgos duros del rostro de Harry - tienes que comportarte como un Malfoy - cogería a su pequeño en brazos y lo llevaría hasta la mecedora - los Malfoy respetamos a nuestros mayores y les dejamos dormir - invocaría un biberón y tras comprobar que la temperatura es la adecuada llevaría la tetina a la boca del pequeño, que la tomaría con desesperacion. El apetito tambien lo ha heredado de Harry.
Media hora despues Draco Jr volvería a estar en su cuco, y como el sueño aun ronda en su cabeza Draco intentaria meterse en la cama,
  • - Papi, tengo hambre - Delia aparecería con su camison rosa y la muñeca agarrada en una mano - Enseguida bajo - así pondría fin a todas las esperanzas que tenía de pasar la mañana en la cama - Harry - se subiría sobre él - tienes que llevar a los niños a casa de mi padre.
  • - Luego... - metería las manos bajo las sabanas para acariciar la espalda del rubio.
  • - Luego será demasiado tarde - se acercaría hasta el y soplaría en su oreja - cuantes antes lo lleves - su lengua trazaria el camino desde el lobulo de la oreja de Harry hasta su boca - antes vendras, y antes - succionaría sus labios - estaremos solos los dos.

Harry abriría los ojos de repente y sonreriria. A veces no hacía un ejercito de niños para despertar al moreno.

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A mi Draco de ahora, el que solo tiene a Joey, y que esta realmente preocupado por todo lo que se le cierne encima, no haría falta un bebe llorón para despertarlo, puesto que seguramente apenas habría pegado ojo.

Cuando los rayos de solo hubieran incidido por primera vez en sus ojos, Draco ya estaría despierto y rodaría en la cama, para encontrar a Harry boca a bajo con la cabeza ladeada hacia el otro lado.
Llevaría su mano hasta la espalda del moreno y comprobaría el moretón que no había disminuido en lo más minimo. Suspiraría porque recordaría como Harry había llegado la noche anterior con el labio partido, una maldicion lo había enviado de morros contra una pared, y le había dejado la cara hecha un cristo.
  • - Papi - Joey, que empieza a heredar su insonmio se aparecería en la puerta.
  • - Ven - la pequeña se subiría a la cama y los dos se acurrucarían juntos.

Hablarían sobre la semana de la pequeña que emocionada le contaría sus progresos en las clases de ballet, se centraría el uno en el otro tanto que no se percatarían de que Harry acaba de despertar, y aun acostado había girado la cabeza para observarlos. Draco sentado en la cama, y Joey sentada a horcajadas sobre su regazo. El moreno les miraría embobado un buen rato antes de agradecerle a Merlin por sus dos angeles.

Después tambien le prometería a Merlin, que nadie volvería a hacerles daño.

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Y así es como me imagino yo las mañanas de mis dos Dracos... en fin ... que bueno domingo para vosotros y tambien para ellos.
Besis y gracias por estar al otro lado de la pantalla.