Wednesday, February 21, 2007

Doctor Malfoy


Vaya día.... no si cuando una quiere estar tranquila y descansar es cuando más trabajo tiene... como diría una amiga mía.

¡QUIERO UN MILLONARIO EN MI VIDA!

Pero bueno como no lo tengo hay que trabajar para ganarse los euros. Una chica trabajadora como yo... aspirante a mil eurista... siempre tiene un hueco para desvariar un rato.

Mi entrada de hoy va sobre el mundo laboral, pero no el mío. El mundo laboral de Draco, el mágico que para mi esta tan mal como el muggle.

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Tener veintitrés años, y ser padre de una niña de apenas un año, no facilita demasiado la posibilidad de tener un buen trabajo, ni siquiera de tener un trabajo a secas. Pero Draco lo tiene, acaba de conseguirlo, después de cuatro años de estudios en la facultad de Medimagia de Chicago, y uno de residencia en Londres, por fin era un pedimago licenciado.

Ya no más becas, ni residencias. Tenía una plaza como pedimago en las urgencias de San Mungo.

Era el nuevo, el más joven, y para colmo hijo de Lucius Malfoy. Si su residencia había sido un infierno, lo que le esperaba no tenia ni pizca de comparación. O eso lo que él creía.

Mark, su tutor durante el último año, fue quien le ofreció el trabajo. El maduro medimago había observado como Draco se había enfrentado a numerosos problemas durante aquel año. Lidiar con su apellido, demostrar lo buena que era, su embarazo y sobre todo la separación de Harry. Mark le había encontrado llorando más de una vez, después de pasarse horas en la mesa de su despacho, fue él quien intentó mejorar su relación con los demás medimagos. Y realmente lo consiguió con sus palabras de apoyo y comprensión.

Llevaba varias semanas como pedimago y las cosas no iban todo lo bien que esperaba. Estaba relegado a los casos más simples y sus compañeros le miraban con odio o envidia. No sabía como prefería que lo hicieran. El odio lo generaba su padre, y la envidia él mismo al conseguir un trabajo tan bueno.

  • Nos traen a varios niños con intoxicación - Sarah la jefa de las enfermeras le despertó. Se había acostado en el sofá de la sala de medimagos, pues estaba agotado, lidiar con Joey por las noches, y doblar turnos no era nada bueno para su insomnio crónico.
  • Voy... - murmuró sin abrir los ojos, se estiró como un gato, y tomó el estetoscopio que había dejado sobre el respaldo del sofá

Salió y se encontró con los pasillos llenos de niños vomitando en cubos que sus padres sostenían. Había al menos una treintena, y ninguno superaba los 12 años. Se acercó hasta la mesa de control y tomó varias historias de las que había en su casillero, de momento no podía escoger lo que tratar, pero no se quejaba.

· ¿Daniel Parner? – preguntó. Una mujer acompañó a su pequeño hasta el lugar donde estaba Draco – Buenos días Daniel, soy el doctor Malfoy, y vamos a ver si…

· ¿Malfoy? – la mujer le miraba atónita – Es usted…

· Sí – contestó sin dejar de observar al pequeño

· No pienso dejar que se acerque a mi hijo – retiró al niño de su lado – la sangre que corre por sus venas esta podrida.

· … - Draco se mordió el labio con fuerza – Señora Parner, su hijo esta enfermo. ¿cree que podría dejar sus prejuicios para que pudiera atenderlo?

· No, ya le he dicho que no… exijo que otro médico atienda a mi Daniel.

· Bien, como quiera – estaba agotado y no pretendía lidiar con aquella mujer - ¿Sheila Summer? – la niña se levantó para acercarse al rubio pero su madre la retuvo y le miró con desaprobación. Draco bufó desesperado - ¿John Muller?

· Aquí – un hombre joven, de piel canela y ojos azules se acercó con su hijo de diez años, parecía una perfecta copia de su padre – Al parecer la carne que les dieron en el colegio no estaba en muy buen estado.

· Vaya… John, ¿Qué te duele?

· La barriga – el pequeño se acarició la barriga.

· Vamos a ver que podemos hacer para evitarlo.

El rubio entró en uno de los boxes, seguido por el pequeño y su padre. En apenas veinte minutos, el diagnostico y el remedio surtieron efecto. Y el pequeño John salió con una gran sonrisa y una piruleta de fresa del box. Las mujeres le miraban atónitas ante la rapidez del rubio, y sus hijos les pusieron ojitos pero ellas fruncieron el ceño.

Durante dos horas, Draco, atendió al resto de los niños a cuyos padres no les importó que su apellido fuera Malfoy, pues la salud de sus hijos estaba primero. Para cuando terminó, aquellos dos niños seguían sin ser atendidos, y al rubio se le calló el alma a los pies cuando vio el rostro desencajado de los pequeños, su angustia y sobre todo su dolor.

  • Mi padre fue mortifago si, pero yo no tengo nada que ver con él – les dijo a las mujeres – me corre la misma sangre que la suya pero no somos la misma persona, a sus hijos les sucede lo mismo. Aunque sus madres sean patéticas – las mujeres iban a protestar – los pequeños no tienen la culpa. Una cucharada de esto – hizo levitar sendas cucharas – y estarán como nuevo. Que beban mucho agua, y nada de alimentos sólidos hasta mañana. Dieta blanda.

Con las mismas se volteó y entró en la sala de medimagos. Aquella no sería la primera ni la ultima vez que tendría que lidiar con su apellido, pero era un buen pedimago, y lo unico que le importaba era la salud de los pequeños.

Joer… como me gusta un Draco pedimago, preocupado por los pequeños… anís… adorable…

Bueno a ver si termino de adaptar el capitulo uno de mi nueva historia.

Besis y gracias por estar al otro lado de la pantalla


2 comments:

Anonymous said...

Ohhhh, adorable! ¿Puedo ser pequeña de nuevo y que me atienda él? ¿No? Vaya... qué desengaño.

Me encanta esa vena rebelde, ahí dejando verde a su padre por ser lo que era, pobrecito Lu, y lidiando con esas mujerzuelas preocupadas sólo por el apellido y no por sus hijos. ¿Cómo te salen las cosas tan bien hablando de cualquier tema? Si es que cuando una es buena...

Voy a esperar el primer capi con impaciencia, a ver qué te has currado... BESITOS, PRECIOSA!

Anonymous said...

T.T que lindo es mi Draquito... Vale ¬¬ Draco a secas XD.

Me ha encantado como ha afrontado a esas malas señoras, que no se preocupaban demasiado por sus miños. Y Joey que bonita que es, si es que solo se le nombra y ya se me cae la babita de lo bonita que es.

Besitos, seguiré leyéndote. Bye